La presidenta de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), Cristina Herrero, participó hoy en la segunda edición de Legal Forum de PwC, en la que destacó la importancia de ser transparentes al hacer previsiones en un mundo cada vez más incierto y volátil, dominado por la incertidumbre. A su parecer, cada vez es más complicado hacer previsiones, por lo que la transparencia debe ser máxima para poder explicar los cambios en las cifras y para ser consistentes y rigurosos.
Durante su intervención, destacó la importancia de contar con previsiones económicas que sirvan de anclaje para la actividad económica y la toma de decisiones, a pesar de la incertidumbre. Explicó, además, que en el caso de la AIReF existe la obligación legal de pronunciarse sobre los escenarios macroeconómicos del Gobierno. Estos días, de hecho, la institución trabaja en el aval al escenario que sustenta el Plan Presupuestario que debe mandar el Gobierno a Bruselas.
El Informe de AIReF, que se publicará estas semanas, recogerá la fase de desaceleración en la que se encuentra la economía, a pesar de la mayor resistencia que está mostrando España respecto a otros países europeos. Cristina Herrero destacó algunos elementos que serán clave en el crecimiento de 2024, como el impacto de las condiciones de financiación y la debilidad de los principales socios comerciales. A nivel interno, se refirió a la evolución del mercado de trabajo y a la incertidumbre sobre la realización de los fondos europeos. A todo esto, se suma la elevada incertidumbre institucional, marcada por las negociaciones para formar Gobierno en España y la incertidumbre sobre el nuevo marco de reglas fiscales que se aprobará en Europa. La AIReF, como hace habitualmente, explicará las causas de cualquier revisión en sus cifras y hará explícitos sus supuestos, estimaciones de base y riesgos.
Sobre el nuevo marco fiscal que se negocia en la UE, la presidenta se mostró convencida de que pondrá el foco en la sostenibilidad de las cuentas públicas a nivel europeo y, muy especialmente, a nivel nacional, trasladando la iniciativa y responsabilidad a los estados miembro. Esto se traducirá en que serán los países los que tendrán que presentar estrategias económicas y fiscales con un horizonte de al menos cuatro años y desde una perspectiva integral que incorpore, no solo la dimensión fiscal, sino también la económica.
La propuesta, según reconoció Cristina Herrero, puede parecer algo ambiciosa para España, que no tiene experiencia en planes que impliquen a todas las Administraciones Públicas y que, además, se debatan en las Cortes buscando el mayor consenso posible. Pero, aunque no sea sencillo, el reto de la deuda pública aconseja una estrategia nacional. A corto plazo, la presidenta volvió a reclamar responsabilidad a la Administración Central para mitigar la incertidumbre, puesto que la estabilidad presupuestaria requiere de reglas de juego claras a pesar del impasse político.