La creación de Instituciones Fiscales Independientes (IFI´s) para velar por la sostenibilidad de las finanzas públicas es una práctica cada vez más generalizada en todo el mundo ya que están mostrando los efectos beneficiosos para la sostenibilidad de las finanzas públicas, el crecimiento y bienestar. La puesta en marcha de estos organismos tuvo una primera etapa a mediados del siglo XX. Países Bajos creó la primera IFI, en 1947, que pocos años después dio paso a otras experiencias: Dinamarca y Alemania y, algo más tarde, se sumaron: Estados Unidos, Bélgica, Austria, Korea, Suecia y Canadá.
A partir de 2009, tras la crisis, se generalizó la necesidad de garantizar una estabilidad en los presupuestos públicos y la creación de organismos independientes que contribuyeran a esa labor. Así, en la actualidad más de 80 países, España entre ellos, ya han puesto en marcha estas autoridades con el objetivo primordial de asegurar la sostenibilidad de las finanzas públicas. En aras de alcanzar este objetivo, su presencia (reforzada en caso de existir en connivencia con las reglas fiscales) proporciona:
- Transparencia. Facilitan la publicación y transmisión de datos así como los posibles sesgos de las proyecciones fiscales y macroeconómicas.
- Disciplina. Proporcionan una fuente independiente de disciplina, no expuesta a la presión de grupos de interés, y apuestan por objetivos financieros a medio plazo, que dejan de lado la presión que pueden tener los políticos ante inminentes citas electorales.
- Coordinación. Para internalizar los casos que provienen de la indisciplina fiscal.
Para más información sobre las IFIs existentes a nivel mundial, puede consultar las páginas webs del Fondo Monetario Internacional (FMI) y de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE)
